En dos operativos sorpresivos en los que no se produjeron incidentes, los servicios municipales y las fuerzas de seguridad francesas desalojaron este jueves otros tantos campamentos en París en los que se hacinaban alrededor de 500 inmigrantes en condiciones de precariedad. La acción oficial, que se inició alrededor de las 6 (1 de la Argentina), se concentró en los campamentos al aire libre que se habían levantado junto a la estación ferroviaria de Austerlitz, en el sureste de la ciudad, en un caso, y cerca de la Alcaldía del distrito XVIII, en el norte, en el otro.

En el primer campamento se concentraban alrededor de 400 inmigrantes indocumentados, la mayor parte de ellos eritreos y sudaneses, mientras que en el segundo había alrededor de 150 refugiados de diversos países. El campamento de Austerlitz, en el que había unas 200 tiendas de campaña, se desplegaba a orillas del Sena junto a la histórica terminal de trenes desde hace más de un año, mientras que el otro se instaló junto a las dependencias municipales hace dos semanas.

Según informó el Ayuntamiento parisino, a cada persona se le va a proponer un alojamiento durante un mes como mínimo. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, había asegurado previamente, tras conocer el visto bueno de la justicia para el desalojo de los campamentos, que se pondrían en marcha las medidas necesarias para que los evacuados no quedasen a la intemperie. Para ello, prevén abrir siete nuevos centros de acogida, con una capacidad para 460 personas. 

En tanto, Bulgaria anunció que va a desplegar su ejército para ejercer la vigilancia sobre la frontera con Turquía en apoyo de la policía, ante la posibilidad de que -para evitar el ya trágico cruce del Egeo- grupos de refugiados traten de entrar en su búsqueda del próspero Noroeste de Europa. La decisión llegó luego de que medios locales informaran que unos dos mil emigrantes se dirigían a pie desde la ciudad turca de Edirne hacia la frontera, con intención de evitar la peligrosa ruta marí­tima que cruza el Egeo hasta Grecia y el muro de alambras de púa y militares que puso el gobierno de Hungría esta semana.