Europa podría calentar los hogares de sus ciudadanos y alimentar su industria con las reservas de gas existentes durante los meses restantes de un invierno relativamente suave, incluso si el enfrentamiento con Moscú sobre Ucrania se intensificara hasta detener por completo las importaciones de gas ruso, según ha informado un destacado instituto económico alemán. 

Las reservas de gas inusualmente bajas han despertado la alarma entre varios gobiernos europeos en los últimos meses, con tanques de almacenamiento en todo el continente en promedio a solo el 31% de su capacidad a principios de esta semana, aproximadamente la mitad que en 2020.

En Alemania , las reservas han sido particularmente bajas en los tanques de almacenamiento administrados por el gigante energético estatal ruso Gazprom, lo que aparentemente destaca el espacio restringido del país para sanciones significativas en el caso de una escalada del conflicto en la frontera con Ucrania.

Pero después de que el canciller alemán, Olaf Scholz, anunciara el martes la congelación de la certificación del gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania, y el expresidente ruso Dmitry Medvedev amenazara con duplicar los precios del gas en Europa, los políticos y economistas alemanes han tomado una nota de desafío.

Según los cálculos del Instituto de Economía Energética de la Universidad de Colonia compartidos con The Guardian, los niveles actuales de gas en las reservas europeas “podrían compensar la pérdida de entregas rusas” durante las próximas seis semanas, a menos que las temperaturas bajen drásticamente en febrero o marzo.

El análisis del instituto concuerda con un informe cautelosamente optimista del Instituto Económico Alemán, también publicado el miércoles. Si bien una pérdida total de las importaciones de gas rusas, que actualmente representan casi la mitad de las necesidades de gas de Alemania, "dará lugar a cuellos de botella en algunos países europeos", el instituto con sede en Colonia dice que la escasez de suministro "se limitaría a hasta el 10% de la demanda". 

“Los ciudadanos alemanes que no puedan calentar sus hogares este año no es un escenario realista”, dijo a The Guardian el autor del estudio, Andreas Fischer. “Pero los gobiernos europeos tienen que asegurarse de que las reservas se vuelvan a llenar para el próximo invierno”. Fischer dijo que estaba alentado por las crecientes importaciones de gas licuado, del cual Europa importó un volumen récord de 11.000 millones de metros cúbicos este enero.