El presidente de Egipto, el general golpista Abdel Fatah al Sisi, afirmó que no interferirá en las decisiones de la justicia, un día después de que un tribunal condenó a varios periodistas de la televisión qatarí Al Jazira a penas de entre siete y diez años de cárcel. Las declaraciones del mandatario respondieron a las potencias occidentales y grupos de derechos humanos, que criticaron duramente las sentencias por considerarlas atentatorias contra los derechos humanos y a la libertad de prensa y pidieron a Al Sisi que indulte a los reporteros. 

En un discurso durante una graduación en la Academia de Guerra, el presidente, quién asumió el cargo el 17 de junio tras celebrarse elecciones, rechazó también intervenir en los asuntos de cualquier institución del Estado. Al Sisi aprovechó su discurso para llamar a la unidad y elogiar el papel del Ejército y la Policía como "pilar de la seguridad". Instó a los egipcios a hacer sacrificios por la patria y reveló que él va a renunciar a la mitad de su sueldo y de sus propiedades. 

Las declaraciones de Al Sisi sobre el caso de Al Jazira se suman a las de la Cancillería, que rechazó de manera tajante las críticas internacionales al polémico fallo. El ministerio defendió la independencia de la Justicia egipcia y denunció "la intervención en los asuntos internos de Egipto". También manifestó su descontento por las críticas internacionales. "El empleo de esa forma de expresar posiciones tendrá un efecto negativo", aseguró. "La intervención en los asuntos internos de Egipto genera la ira y el resentimiento del pueblo egipcio". 

Ayer, un tribunal egipcio condenó a 18 personas. Entre ellas se encuentran ocho periodistas de Al Jazira, quienes deberán cumplir entre siete y diez años de cárcel por difundir noticias falsas sobre Egipto y colaborar con los Hermanos Musulmanes, de acuerdo al texto de la condena. Los periodistas, algunos de los cuales están detenidos desde diciembre, afirman que fueron sentenciados sólo por hacer su trabajo al cubrir las protestas desatadas por el golpe de Estado que dio Al Sisi el año pasado contra el presidente Mohamed Mursi, miembro de la Hermandad Musulmana. 

Entre los reporteros condenados hay varios extranjeros: el corresponsal australiano Peter Greste, el egipcio con pasaporte canadiense Mohamed Fahmy, los británicos Sue Turton y Dominic Kane, y la holandesa Rena Netjes. Los gobiernos holandés y británico convocaron ayer a los embajadores egipcios en sus respectivos países para pedir explicaciones sobre las condenas a sus ciudadanos, todos ellos sentenciados a diez años de cárcel y juzgados en rebeldía. 

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, quien respaldó al nuevo gobierno egipcio realizando el domingo una visita sorpresa a El Cairo, calificó las sentencias de "draconianas", mientras que Amnistía Internacional denunció un "ataque feroz a la libertad de prensa". El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también criticó las penas de cárcel y aseguró que los procesos judiciales en Egipto "claramente parecen no cumplir con los estándares básicos de un juicio justo". 

Las autoridades egipcias han cerrado las oficinas de Al Jazira en El Cairo y acusan a esta televisora de respaldar a los Hermanos Musulmanes -declarados grupo terrorista- y de difundir informaciones que tergiversan la realidad de Egipto. El juicio es visto como parte de una disputa entre Egipto y Qatar, el emirato del Golfo Pérsico que es dueño de Al Jazira, emisora que niega rotundamente cualquier sesgo favorable al grupo islamista.