El primer ministro de Pakistán, Imran Khan, perdió una moción de censura en el parlamento después de una semana dramática en la se lo acusó de violar la constitución para eludir la votación. Khan, el ex primer jugador de críquet convertido en un político islamista, ha estado luchando por la subsistencia política durante semanas, luego de perder su mayoría parlamentaria.

El jueves, recibió un golpe después de que la Corte Suprema de Pakistán determinara que había violado la ley al disolver el parlamento en un intento por evitar que se llevara a cabo una moción de censura que se esperaba que perdiera la semana pasada.

Siguiendo las instrucciones de la corte, la votación finalmente se llevó a cabo el sábado por la noche, aunque no antes de que el partido de Khan pasara 14 tumultuosas horas tratando de retrasarla y bloquearla en la asamblea nacional.

La oposición declaró que Khan se negaba a permitir que la votación siguiera adelante a menos que pudiera garantizar que ni él ni los ministros de su gabinete enfrentarían casos penales una vez que renunciaran. Durante su tiempo en el poder, Khan había encarcelado a varias figuras del partido de oposición.

Mientras Khan se reunía con ministros y figuras militares de alto rango el sábado, muchos temían que intentara que el poderoso ejército de Pakistán interviniera y declarara la ley marcial en lugar de entregar el poder a la oposición, devolviendo a Pakistán a sus últimos días oscuros de intervenciones militares. Los temores de disturbios se arremolinaron y la seguridad se reforzó alrededor de la residencia del primer ministro.

A medida que aumentaba la preocupación de que Khan violara el fallo de la corte suprema, el presidente del tribunal tomó la medida sin precedentes de pedirle a la corte suprema que esté lista para abrir sus puertas a la medianoche, en caso de que la votación no se llevara a cabo. El tribunal superior de Islamabad también se preparó para escuchar un caso de desacato a la corte a altas horas de la noche.

Cuando faltaban solo 10 minutos para la medianoche, fecha límite legal para la votación, el presidente de la Cámara de Representantes, Asad Qaiser, un aliado de Khan cuyo papel era presentar la moción de censura en el parlamento, renunció a su cargo diciendo que no podía participar en una conspiración extranjera para expulsar al primer ministro.