El Papa Francisco se muestra como un observador de los hechos que ocurren en su Iglesia, y frente a los abusos revelados que involucran a la Iglesia en Francia, dijo que espera que la misma "encuentre el camino de la redención".

Su curiosa postura implicó también la manifestación de un "inmenso dolor”. Según su vocero, Francisco “piensa ante todo en las víctimas, con inmenso dolor por sus heridas y con gratitud por su valentía para denunciar”, escribió Matteo Bruni, al referirse a los cientos de miles de menores que fueron víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y religiosos en Francia desde 1950.

Bergoglio deseó también que las víctimas consigan “consuelo y justicia”, pero no indicó que medidas tomará para que efectivamente lo alcancen.