El hombre que sobrevivió al naufragio del bote en el que buscaba llegar a Grecia desde Turquía enterró este viernes a sus dos hijos y a su mujer en su localidad natal de Kobani, retornando así al lugar devastado por la guerra del cual habían huido en busca de un futuro mejor. 

Con el entierro, Abdullah Kurdi ha abandonado sus planes de volver a irse de Siria, dijo un familiar del hombre, que en el naufragio del miércoles pasado perdió a su mujer y a sus dos hijos de tres y cinco años y que ya había perdido a 16 parientes por los combates en la norteña localidad kurdo-siria de Kobani. "El sólo quería ir a Europa por el bien de sus chicos", dijo Suleiman Kurdi, tío del hombre. "Ahora que están muertos, quiere quedarse aquí en Kobani cerca de ellos", añadió.

La foto del cadáver de su hijo de tres años, Aylan Kurdi, tirado boca abajo en una playa turca dio la vuelta al mundo y evidenció quizás como ninguna otra imagen hasta ahora la tragedia que persigue a los refugiados que migran desesperadamente hacia Europa para escapar de la guerra en Siria y otros países. 

Los tres cuerpos fueron trasladados en avión hacia una ciudad cerca de la frontera de Turquía con Siria, donde un cortejo funerario de varios vehículos custodiados por camionetas policiales siguió su camino con los féretros, cruzando de la ciudad turca de Suruc hacia la vecina Kobani. Abdullah Kurdi fue acompañado a Kobani por diputados turcos. Los periodistas fueron detenidos en un puesto de control a dos kilómetros de la ciudad. Decenas de personas se congregaron en torno a los ataúdes cuando éstos fueron depositados en fosas del Cementerio de los Mártires de Kobani.