La invasión de Rusia a Ucrania le generó consecuencias imprevisibles. Suecia y Finlandia, dos países históricamente neutrales y con frontera terrestre con la propia Rusia, se unirían a la OTAN de un momento a otro, especialmente por la presión de la propia opinión pública, que encuentra en esa alianza la forma de protegerse.

“Las encuestas en Finlandia encontraron un 53 por ciento a favor de la membresía en la OTAN y un 41 por ciento en Suecia. Más recientemente, eso ha aumentado aún más con más del 50 por ciento ahora a favor en Suecia [aumentando al 62 por ciento si Finlandia se une]. En Finlandia, el 68 por ciento está a favor de unirse a la OTAN [aumentando al 77 por ciento si el gobierno lo recomienda]”, dijo a Al Jazeera Alistair Shepherd, profesor titular de seguridad europea en la Universidad de Aberystwyth.

En enero, la primera ministra socialdemócrata, Sanna Marin, declaró en Helsinki que no se podía esperar que Finlandia solicitara el ingreso en la OTAN durante el actual período legislativo. Sin embargo, la invasión de Rusia ha puesto al descubierto las desventajas de no ser miembro.

Si bien la OTAN brinda cierta ayuda a Kiev, se ha mostrado reacia a intervenir directa o colectivamente en virtud del Artículo 5. Finlandia, al igual que Ucrania, es un vecino directo de Rusia y comparte una frontera de 1.300 km (600 millas) de largo.

“Como era de esperar, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha sido el factor clave para empujar a Suecia y Finlandia más cerca de solicitar la membresía plena en la OTAN. La invasión de Rusia ha cambiado drásticamente el discurso político en Suecia y Finlandia y también la opinión pública de manera crucial”, dijo Shepherd.