El ingreso a la OTAN de países que limitan directamente con Rusia, es una de la cuestiones que definió la invasión del gobierno de Vladimir Putin a Ucrania. Sin embargo, el efecto de la decisión rusa, puede haber generado un resultado inverso.

Finlandia, que se mantenía neutral, avanzó rápidamente en su ingreso a dicha alianza militar, con la idea de garantizar su seguridad frente al ejército ruso. La movida la lidera Sanna Marin, la joven primera ministra, que maneja una comunicación al estilo influencer en redes sociales y que tiene cautivado al país.

Marin ya consiguió el aval de su partido para el ingreso a la OTAN. Finlandia tiene un gobierno parlamentario, y el consenso en el poder legislativo es sustancial para la decisión, pero claramente, el partido gobernante es mayoría en dicho Parlamento.

Según publicó la mandatario en su cuenta de Instagram luego del encuentro partidario: "Discutimos la situación en Ucrania, el cambio en nuestro entorno de seguridad y nuestra actitud hacia la membresía de Finlandia en la OTAN. El Consejo del Partido brinda su pleno apoyo a los líderes estatales para evaluar las soluciones necesarias para garantizar la seguridad de Finlandia en todas las situaciones. El SDP actualizará su posición sobre la membresía de Finlandia en la OTAN en una reunión extraordinaria del Consejo del Partido y el Grupo Parlamentario en mayo".

Podría producirse un fuerte dolor de cabeza para Putin. Finlandia comparte una extensa frontera terrestre con Rusia, y si ingresa a la alianza atlántica, deberá decidir si abre otro frente militar, con un país directamente aliando a las grandes potencias mundiales, o si enfrenta una derrota política que será directa consecuencia de la invasión, porque hasta dicho ataque, Fonlandia era decidamente neutral.