El crucero Costa Concordia accidentado hace una semana en Italia es una grave amenaza para la flora y la fauna de la isla de Giglio, un archipiélago considerado como el mayor parque marino de Europa.

El buque quedó varado en el lugar con 2.400 toneladas de combustible y en caso de que éste se vertiera en el mar “el efecto sería devastador”, según afirmó Sebatiano Venneri, vicepresidente de la principal organización italiana de protección del medioambiente, Legambiente.

El integrante de la ONG ambientalista aseguró que el peligro radica en que se trata de “un producto de baja calidad, con una gran cantidad de elementos similares al alquitrán” que ahogaría todo tipo de vida alrededor.

"Si este accidente se hubiese producido a centenares de kilómetros de la costa, en alta mar, en un lugar en donde la profundidad es de por ejemplo 700 o 800 metros y en donde por lo tanto no hay fotosíntesis debido a la ausencia de luz, el impacto sería menos grave, pero esta zona cercana a la costa es mucho más frágil, mucho más delicada", recordó Venneri.

"Es un ecosistema muy delicado y frágil con numerosas variedades de peces y algas que alberga una gran riqueza en términos de biodiversidad", dijo por su parte Angelo Gentili, miembro de la dirección de Legambiente y oriundo de la ciudad de
Grosseto, en la costa toscana frente a la isla.

"No hay que olvidarse que este buque es una verdadera ciudad flotante y que además del combustible hay a bordo metales pesados, productos de limpieza, pintura, solventes, todo tipo de elementos cuya presencia en el mar tendrían un efecto mortal en la flora y fauna", agregó Gentili.