El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado en un juicio de apelación por la financiación ilegal de su campaña electoral para las elecciones de 2012. La pena impuesta fue de seis meses de prisión de cumplimiento obligatorio y seis meses exentos de cumplimiento. Esta condena es inferior a la dictada en una instancia anterior, pero superior a lo pedido por la Fiscalía. Sarkozy aún puede apelar ante el Tribunal Supremo, lo que le evitaría, por el momento, ir a prisión.

En este caso, a diferencia de otros acusados, el expresidente no fue señalado por el sistema de facturas falsas en sí, diseñado para ocultar el exceso del gasto de la campaña. Por este caso, se juzgó a 12 antiguos responsables de su campaña en apelación.

Además, en 2025, Sarkozy enfrenta otro proceso por sospechas de que su campaña electoral de 2007 fue financiada por el Gobierno libio de Muammar Kaddafi. También ha apelado su condena en otro caso de corrupción. En octubre, fue imputado en un caso por una presunta manipulación de testigos.

Estos procesos judiciales han generado gran atención tanto en Francia como a nivel internacional, y han marcado la trayectoria del exmandatario conservador.