El candidato demócrata, Bill de Blasio, ha sido elegido alcalde de Nueva York.

De Blasio ha ganado con un mensaje de cambio a pesar de que la mayoría de neoyorquinos aprueban la gestión del actual alcalde. Michael Bloomberg, tras 12 años al mando, deja una ciudad con una economía que crece, más segura y limpia, pero De Blasio promete ocuparse de los que se han quedado atrás y cerrar la brecha de la desigualdad.

El demócrata se presenta como un "progresista" y la antítesis del actual alcalde.

Entre sus propuestas se encuentra la de aumentar los impuestos a los neoyorquinos que ganen más de 500.000 dólares al año para financiar la educación preescolar universal a partir de los 4 años y la construcción de 200.000 viviendas de renta protegida. Además, ha prometido poner fin a la práctica policial de "cacheos al azar" que afecta, desproporcionadamente, a negros e hispanos y ha sido declarada ilegal por un tribunal por discriminatoria

De Blasio ha convertido a las desigualdades en su gran caballo de batalla. Aunque es una de las ciudades con más multimillonarios en el mundo, el 21% de la población de Nueva York vive bajo el umbral de la pobreza (30.944 dólares anuales para una familia de cuatro).

El demócrata eligió como lema de su campaña el título de una novela de Dickens, "Una historia de dos ciudades".

"La ciudad tendrá más luz. Tendremos una ciudad más democrática, porque el alcalde será demócrata", explica Diane McGrath, votante en el Upper East Side, que critica que Bloomberg se preocupaba más por el mismo que por la ciudad. En el mismo colegio, Darr Manovy votó por De Blasio porque cree que la seguridad debe dejar paso a otras prioridades. "Enfocarse en eso es algo tonto, es gastar dinero que se podría gastar mejor en otros problemas sociales que tiene nuestra ciudad: hay demasiados sin techo y nuestras escuelas tienen que ser mucho mejores".

En un barrio completamente distinto, una zona de mayoría puertorriqueña, la mayoría de votos para De Blasio era aplastante. "Veo mejores condiciones con él para los hispanos. Esperemos que os ayude ocn las regulaciones de la renta y el seguro médico, que falta nos hace", decía José, nacido en la isla caribeña, pero residente en la ciudad desde hace 40 años.

Un alcalde de izquierdas

De Blasio, de origen italiano por el lado materno y cuyo padre -de ascendencia alemana- se suicidó, fue de joven un admirador de la revolución lanzada por el Frente Sandinista nicaragüense. Su pasado causó cierto revuelo al ser revelado por la prensa a fines de septiembre, pero De Blasio, lejos de negarlo, lo ha defendido.

Se doctoró en Asuntos Internacionales y en Asuntos Públicos. Trabajó para el alcalde negro David Dinkins, al que en 1993 derrotó Rudy Giuliani. Ejerció de jefe de campaña de Hillary Clinton en su carrera al Senado, colaboró con el actual gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo y en el 2002 entró a formar parte del consejo municipal, por el distrito de Brooklyn. En el 2009, ganó el cargo de defensor de los ciudadanos.

La familia de De Blasio ha sido una parte central de la campaña. Su mujer es la poeta afroamericana Chirlane McCray, exlesbiana y seis años mayor que él. Para su luna de miel, eligieron Cuba, un destino prohibido para los estadounidenses por el embargo sobre la isla.

La pareja se instaló en Park Slope, un acomodado barrio residencial de Brooklyn, con sus hijos. Chiara, tiene 19 años y estudia en California. Ayer volvió a casa para votar junto a su padre. Dante, de 15, luce con orgullo un peinado afro.

La familia se mudará ahora a Gracie Mansion, la residencia oficial de los alcaldes en la zona noreste de Manhattan, rodeada por un hermoso parque y por el río East. Bloomberg no la ocupó porque prefirió quedarse en su apartamento de lujo en la avenida Madison.

Doce años de Bloomberg

Tras doce años de administración Bloomberg, los neoyorquinos han pedido un cambio, a pesar de que reconocen las transformaciones, introducidas por el hiperactivo multimillonario de 71 años.

Según Bloomberg, que adora las estadísticas, la Gran Manzana es "la más segura de las grandes ciudades" estadounidenses, con la tasa de asesinatos más baja en 50 años (649 en 2001, 266 hasta el momento este año).

Además, nunca ha habido tantos turistas (52 millones en 2012), se han recuperado cientos de hectáreas de espacio verdes y construído 400 kilómetros de carril bici.

Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos con 8,3 millones de habitantes, es de aplastante mayoría demócrata y tiene una población multiétnica de 33,3% de blancos, 25,5% negros, 28,6% hispanos y 12,7% asiáticos. Sin embargo, en los últimos veinte años, el alto nivel de criminalidad hizo que los votantes buscaran soluciones en alcaldes republicanos, primero Rudolph Giuliani (1994-2001) y después Michael Bloomberg (2002-2013), que abandonó el partido para volver a presentarse como independiente.



Fuente CADENA SER