Dos ancianos, un hombre de 91 años y su esposa de 80, se suicidaron en su domicilio en Atenas, y se suman a la lista de víctimas de la crisis económica en Grecia.

De acuerdo con los reportes el marido utilizó una pistola para matar a su mujer y luego suicidarse, después que ambos dejaran una carta dirigida a sus hijos en la que decían que no querían continuar siendo una carga para ellos.

Con estas dos muertes, la cifra total de suicidios ocurridos desde enero supera los 700, 33 por ciento más que el año anterior, motivados en su mayoría por la grave crisis económica que atraviesa ese país y llevados a cabo por jubilados o personas en situación de pobreza.

Los especialistas señalan que las duras condiciones de vida combinadas con la incertidumbre sobre el futuro y la inseguridad generalizada, están haciendo aumentar los índices de depresión entre la población griega y ponen en peligro su integridad física y mental.

Sus informes estiman que el 33% de las mujeres y el 25% de los hombres, sufren algún tipo de depresión, mientras que el uso de medicamentos para combatirla aumentó en un 25%.

Grecia contó durante años con una de las tasas más bajas de suicidios de Europa, pero con el agravamiento de la situación económica esta cifra se duplicó y de acuerdo con los datos oficiales afecta a más de 2.500 personas desde el inicio de la crisis.

Las clases populares y los ancianos están pagando un alto precio por los profundos recortes salariales y de pensiones, el aumento de los impuestos y el cierre de decenas de miles de empresas que hicieron disparar la tasa de desempleo hasta el 26% de la población activa.

Tras cinco años de recesión, Grecia es uno de los países de Europa con mayor índice de pobreza y según Manos Matsaganis, profesor de Economía en la Universidad de Atenas, afecta al 36% de los griegos mientras que un 8,5% vive en extrema pobreza.