Al menos 91 personas resultaron heridas, una de ellas en estado crítico tras recibir un disparo en el pecho, cuando las fuerzas de seguridad israelíes dispersaron violentamente una manifestación en la localidad cisjordana de Hebrón.

La protesta, que derivó en disturbios, fue realizada ayer por la muerte de un joven palestino ocurrida el miércoles en esa localidad.

Nasser Mohammad Wasfi al Sharabati, de 17 años de edad, recibió el impacto de la bala en el barrio de Bab al Zawiye cuando participaba en una protesta por la muerte de Muhammad Ziad Awad Salaymah, también de 17 años, a manos de militares israelíes tras exhibir una pistola de juguete.

El portavoz de los servicios de emergencia cisjordanos, Nasser Kabbajh, indicó que 26 palestinos fueron trasladados al hospital de Hebrón y 12 a una clínica.

Otros 51 fueron atendidos en el mismo lugar de los incidentes. Entre los heridos, un total de 21 recibieron impactos de balas de goma, mientras que varias decenas presentan síntomas de asfixia por inhalación de gases lacrimógenos.

Además, la familia de Awad Salaymah protestó porque las fuerzas de seguridad impidieron que el joven fuera enterrado en el cementerio de Al Raas, cerca de su domicilio, debido a que se encuentra próximo al asentamiento hebreo de Kiryat Arba.

La agente israelí que realizó los disparos sobre el joven que exhibió el arma de juguete, cuyo nombre no fue facilitado a la prensa, justificó su actitud aclarando que: “en esos momentos no tienes tiempo para pensar o estar confuso”. “Para mí, era una pistola real que estaba apuntando a mis agentes y era mi responsabilidad actuar, porque si no lo hubiese matado, mi amigo habría muerto, y no dejaré que pase eso”, explicó.

Poco después de ese incidente, dos cámaras de la agencia británica Reuters y dos periodistas palestinos fueron golpeados y forzados a desnudarse en la calle por soldados israelíes, que posteriormente lanzaron gas lacrimógeno ante ellos. Uno de los cámaras necesitó atención hospitalaria.

Los camarógrafos de Reuters, Yusri al Jamal y Maamun Wazwaz, indicaron que una patrulla los detuvo cuando se dirigían al puesto de control, en el que murió Awad Salaymah, en un vehículo con las marcas de prensa. Además, ambos portaban chalecos en los que se podía leer `Prensa` en el pecho.
Pese a ello, los soldados los obligaron a bajar del vehículo y los golpearon con la culata de sus armas, acusándolos de trabajar para la ONG israelí B`Tselem, que documenta violaciones de los Derechos Humanos en Cisjordania.

Los soldados, que no permitieron identificarse a los camarógrafos, los obligaron a desnudarse hasta quedar en ropa interior y a arrodillarse con las manos en la cabeza.

Otros dos periodistas palestinos fueron también detenidos y forzados a ponerse en la misma posición antes de que los soldados lanzaran el gas lacrimógeno.

Los cuatro periodistas intentaron huir y Al Jamal y Wazwaz entraron en el vehículo, que se llenó de gas, obligándolos a parar a unos 200 metros para volver a salir al exterior, y los soldados les volvieron a disparar gases lacrimógenos.

Wazwaz tuvo que ser trasladado en ambulancia a un hospital, aunque le dieron el alta esa misma noche. Los soldados se incautaron dos máscaras antigás y una cámara de video que fue localizada posteriormente en la misma ruta donde ocurrieron los sucesos.