Dos menores sobrevivieron a la caída de un avión de Rusair en Rusia. Anton Terejin y su hermana Anastasia, de nueve y catorce años, integran la lista de los ocho que no fallecieron, entre los que se cuenta también una azafata (única sobreviviente de los nueve tripulantes).

El accidente, cuyas causas se desconocen hasta el momento, provocó cuarenta y cuatro muertes en el noroeste del país. La identificación de treinta y tres de ellos demandará exámenes de ADN, debido al estado de los restos. La aeronave cayó poco después de la medianoche en una carretera, apenas a dos kilómetros de su destino, el aeropuerto de Petrozavodsk.

Rusair, compañía que se especializa en vuelos chárter de lujo dentro y fuera de Rusia, comunicó que la señalización lumínica de la pista de aterrizaje podría haberse apagado unos instantes durante el descenso del Tu-134, y aseveró que la nave estaba “en perfecto estado y con sus tanques repletos de combustible. La gran incógnita que tendrá que despejar la comisión investigadora es por qué el Tu-134 enfiló hacia la carretera, y no hacia la pista”.