El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov anunció su renuncia como presidente de la URSS y firmó un decreto por el que traspasaba el control de armas nucleares estratégicas al presidente de Rusia, Borís Yeltsin. Aquella drástica decisión fue el resultado de una serie de procesos políticos y económicos que se habían estado desarrollando en el territorio de la antigua URSS desde mediados de 1980.

Las contradicciones entre Moscú y las repúblicas soviéticas se hicieron cada vez más graves, por lo que en 1990, estas declararon su independencia de la URSS. Y para frenar el colapso del país, en los años 1990 y 1991 un grupo de trabajo elaboró un plan para reformarlo.

El 17 de marzo de 1991, se celebró un referéndum que tenía por objetivo mantener la integridad territorial de la URSS. El 76,4% de los participantes votaron a favor de conservarla. En la primera mitad de 1991, se elaboró un proyecto del acuerdo Sobre la Unión de las Repúblicas Soberanas.

La firma del acuerdo, programada para el 20 de agosto de 1991, no se celebró debido a un intento de golpe de Estado realizado por el ala conservadora del Gobierno de la URSS del 19 al 21 de agosto de 1991, un acto que dio inicio a la destrucción de los restos del Estado soviético.

Entre el 20 de agosto y el 27 de octubre de 1991, 11 repúblicas soviéticas tomaron la decisión de independizarse de la URSS. El Partido Comunista de la URSS dejó de existir, mientras que casi todos los órganos del poder público soviéticos suspendieron sus actividades.

En la segunda mitad de 1991, se elaboró el proyecto de un acuerdo sobre la creación de una unión de Estados soberanos. Pero su firma, prevista para el 9 de diciembre, nunca se celebró, pues el 8 de diciembre, los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorussia firmaron un acuerdo que declaró la disolución de la URSS y el establecimiento de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Pasó a la historia como el Acuerdo de Belavezha.

El 21 de diciembre, los líderes de las antiguas repúblicas soviéticas —excepto Lituania, Letonia, Estonia y Georgia— firmaron la Declaración de Alma Ata, en la que reafirmaron los principales objetivos y principios de la CEI.

El 25 de diciembre, a las 7 de la tarde, Mijaíl Gorbachov dimitió oficialmente como presidente y comandante en jefe de la URSS, después de lo cual emitió un mensaje en vídeo en directo en el que informó de su renuncia. A las 7:38, la bandera de la URSS en el Kremlin fue sustituida por la de la Federación Rusa.

Luego de la transmisión en vivo, Mijaíl Gorbachov ofreció una corta entrevista y regresó a su despacho en el Kremlin para entregar a Yeltsin el botón rojo. Sin embargo, el presidente de Rusia se negó a acudir a su despacho, por lo que Gorbachov no tuvo otra opción más que traspasarle el maletín nuclear en un pasillo del Kremlin, con el ministro de Defensa de la URSS, Evgueni Sháposhnikov, como intermediario.

La renuncia de Gorbachov no fue acompañada de procedimientos oficiales. Ese mismo día, el 25 de diciembre de 1991, el Consejo Supremo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia pasó a llamarse oficialmente Federación de Rusia. El 24 de diciembre, la URSS dejó de ser miembro de la ONU. La Federación de Rusia la sustituyó en dicho organismo y también heredó el estatus de miembro permanente del Consejo de Seguridad.