Brasil está experimentando un aumento en las infecciones por coronavirus impulsado por la subestimada variante Omicron. El aumento ha ejercido presión sobre el sistema hospitalario del país y amenaza la ya rezagada economía, pero el presidente Jair Bolsonaro lo ha minimizado en gran medida, quien ha sido hostil a las restricciones y ha difundido información errónea sobre el virus desde que comenzó la pandemia.