La grandeza de la leyenda de Led Zeppelín consigue poner entre paréntesis el paso del tiempo. Es que el concierto en el 02 Arena de Londres con el que el cuarteto interrumpió una separación de 27 años se escucha hoy, a un lustro de aquel acontecimiento, como un material vigoroso, cautivante y pleno de vigencia.

Tres “viejitos piolas” como el cantante Robert Plant, el guitarrista Jimmy Page y el bajista y tecladista John Paul Jones, al que se agregó Jason Bonham reemplazando en la batería a su padre John “Bonzo”, logran en el flamante registro de dos CD`S y un DVD entregar un documento atemporal e imprescindible para apreciar las posibilidades expresivas y rupturistas del rock como hecho cultural.

A distancia del manoseado asunto de las vueltas y los regresos en el mundo del entretenimiento, Led Zeppelín, quizá porque el concierto del 10 de diciembre de 2007 era el único y no el inicio de un frustrante tránsito comercial, concretó una presentación capaz de burlar lo calendario y ungirse como un testimonio actual de lo que la banda sembró y generó en los 70.

En el registro se palpa la emoción de la audiencia y no es debido a la empalagosa arenga al “público más maravilloso del mundo”, sino a la certeza vital de estar asistiendo a un acontecimiento artístico de excepción, atravesado por 16 canciones que se escuchan y se ven como si aquellos rockeros hubieran saltado de las grabaciones de estudio a los escenarios sin que mediaran tres décadas.

A partir de "Good Times Bad Times", pasando por otros himnos como "Black Dog", "Ramble On", "Nobody`s Fault But Mine", "In My Time Of Dying", "Kashmir", "Stairway To Heaven", "Whole Lotta Love" y "Rock & Roll", la recorrida se atreve también con "Fool In The Rain", canción del álbum “Presence” (1976) que el grupo nunca había interpretado en directo.

Resulta imposible pasar por alto a "Misty Mountain Hop", al bluesazo "Since I`ve Been Loving You", al enérgico "Trampled Underfoot" y hasta las experimentaciones volcadas en “Since I`ve Been Living You” y “Dazed and Confused”, las dos extensas piezas que abren el segundo disco.

Rock duro en estado creativo y fiesta de los sentidos conllevan sensaciones que implican dos milagros que Led Zeppelín logró en aquella noche londinense y que ahora es posible disfrutar gracias a este lanzamiento para que todos los días sean de celebración.