El bailaor español Joaquín Cortés está siendo juzgado, junto a su hermana y su ex apoderado, por los delitos de apropiación indebida y estafa, a raíz de una denuncia realizada por empresarios argentinos.

El juicio es una repetición del celebrado en 2010, en el que el artista fue condenado a un año de cárcel por haberse quedado con 700 mil euros de unos empresarios argentinos con los que pretendía haber montado un negocio en 1998.

Aquella sentencia fue anulada por defectos de forma por la Audiencia Provincial de Madrid y se estableció la repetición del juicio, según informó la agencia DPA.

Ante el juez, Cortés negó haber tenido relación alguna con una sociedad creada junto a inversores argentinos para poner en marcha un centro de ocio dedicado al flamenco en Madrid.

"Desconozco todo esto. Yo me he dedicado a bailar y a llevar mi danza a todo el mundo", dijo el bailaor a distintos medios españoles.

Esos empresarios, con los que Cortés niega cualquier relación empresarial, lo acusan a él, a su hermana Mariana y a su ex apoderado Alfonso Durán de haberse apropiado de 700 mil euros.

Los empresarios argentinos aseguran que el bailaor y coreógrafo, quien ahora tiene 43 años, se comprometió a montar con ellos una discoteca flamenca y acabó quedándose con el dinero que pusieron para el negocio.