Gonzalo Valenzuela es esquivo con la prensa y no lo disimula. Hace mucho tiempo que elige no hablar de su vida privada que igualmentees investigada por la prensa y protagonista de tapas de revista. Es que todo en la larga relación que mantuvo con Juana Viale dio tela para cortar. Infidelidades mutuas, constantes rumores de crisis, el escándalo del affaire Juanita-Martín Lousteau, el drama por la pérdida del bebé que esperaban, la reconciliación y la mudanza a Chile, y ahora, la separación, aparentemente definitiva. En una extensa entrevista con la edición chilena de Caras, el actor habló de todo eso que evita contar a la prensa argentina y se muestra reflexivo y optimista, pese al mal momento.

"He tenido grandes dolores en mi vida, pérdidas importantes, fracasos, mi ruptura matrimonial, pero aprendí a levantarme. Mi única manera es trabajar y dar cariño, lo único que quiero es querer y dar —aunque suene naif—, y eso se devuelve", dice y agrega: "Con Juana nos llevamos muy bien porque los niños son nuestra prioridad. El trabajo también me hace bien, lo mismo el deporte, entrenar, tener objetivos y cumplirlos".

Decidido a dar respuesta a todos los rumores que circularon sobre él y su pareja en los últimos años, aclaró: "Nosotros nos separamos una vez (2009) como seis meses y ahora, nunca antes en estos nueve años. Todo el resto es mentira". Negó las noticias que hablaban de un retiro espiritual al sur tras su separación. "¡Eso es mentira! Pero, ¿sabes?, ya no me ofusco ni me molesta, sólo me río de las fotonovelas que se inventan", dijo y se lanzó contra Luis Ventura: "Lo viví más karmáticamente en Argentina, fue más pesado… Sólo una vez enfrenté a un periodista argentino [Ventura] porque ya era degenerado lo que hacía. Y hoy ese tipo está en Buenos Aires todo cagado, con 50 demandas, en la ruina y con riesgo de ir preso, creo que anunció que se retira… Yo, en cambio, con trabajo y con una vida que me sigue dando puras alegrías".

Sobre la separación. "Nadie sabe qué es definitivo en la vida, pero por el momento está bien así". "Si hay algo que he aprendido en mis 36 años, y no sólo con esta relación, es que el amor existe, y eso te da fuerza para todo, para levantarse de nuevo, para seguir. Hay mucha gente que deja de creer, yo no; me encanta entregar y recibir. Por eso me levanto muy tranquilo, vamos a ver qué pasa…"

En 2011, Juanita perdió su bebé cuando estaba de 36 semanas de gestación. El drama los unió mucho y muy pronto volvió a quedar embarazada en lo que fue su gran y última reconciliación como pareja. Consultado por Caras Chile sobre cómo hizo para superar ese dolor, Gonzalo dijo: "Entendiendo qué es ese gran dolor y en qué me ayudaba… No hay que tener miedo de investigar en uno, que es algo que nos entrega el trabajo actoral. La muerte de mis viejos fue terrible para mí, quedé guacho [huérfano] muy pendejo, sin ni uno, estudiando teatro, y eso me dio más fuerza para estar acá hoy día. Que no se malinterprete, pero uno puede llegar a agradecer los dolores, yo he llegado a hacerlo con las grandes tragedias de mi vida y aprendí otras cosas. Como te decía, la partida de mis padres me dio fuerzas para desarrollarme profesionalmente, salir adelante, ver los amigos que tenía, valorar la importancia de tener a tus viejos".

Sobre su vida en Chile. "Tengo un montón de proyectos que quiero desarrollar acá; Chile vive una etapa súper buena social y económicamente, en que la gente se puede proyectar, a diferencia de Argentina que los últimos años ha tenido situaciones complicadas en lo social, político, con los bancos, que genera incertidumbre. Esa diferencia con Chile me fascina y da seguridad. Aquí veo un pueblo tranquilo, aun cuando hay desigualdades y muchas cosas por resolver, pero la estabilidad aquí, insisto, es fascinante. En pocos lugares se vive así, y eso se valora cuando vives fuera".

Además, aclaró que por ahora, la nieta de Mirtha Legrand se quedará en ese país: "Nos vinimos juntos, entre medio nos separamos... Chile es amigable, y le ofrece a ella muchas oportunidades de trabajo, está contenta", explicó y agregó: "Con Juana tenemos un montón de propuestas en Argentina, pero por suerte ambos sabemos y estamos concientizados que lo más importante ya no es uno, lo que hace más fácil la toma de decisiones".

Sobre la paternidad. "Hago un trabajo como papá súper personal con cada uno. A la mayor (hija de Juana) por su personalidad disciplinada la metimos a la Alianza Francesa; con Silvestre, optamos por la educación Waldorf que me tiene encantado: le ha hecho increíble, probé en varios lugares, y al final encontramos su espacio. El es silvestre tal como dice su nombre".