La modelo estadounidense y madre de un niño, afirma que ha sido "demasiado sexy" desde los 13 años, cuando los agentes de casting la miraban con lascivia y la enviaron a casa de un baile escolar por vestirse "provocativamente", según cuenta.

En su nuevo libro, My Body, que es una colección de "ensayos feministas", la joven de 30 años revela lo que es ser una de las mujeres más bellas del mundo, y no siempre es bonito.