La oferta ecléctica de series que pueblan las plataformas, de orígenes tan diversos, y de sociedades tan distintas nos ponen frente a historias que se desenvuelven a un ritmo diferente en cada caso y en los policiales, especialmente, observamos las diferencias de procedimiento y técnicas en comparación con las producciones estadounidenses o inglesas que habitualmente pueblan las pantallas.

En este caso “Terrenos Inundables” (“Floodland”) nos lleva una zona de la frontera entre Bélgica y Países Bajos en la que existe un microclima que se diferencia de los procederes de las ciudades más cosmopolitas de ambos países. 

La historia comienza con la aparición en el río Escalda de un pequeño velero repleto de agujeros de bala y manchas de sangre. A la mañana siguiente una joven africana aparece deambulando por las tierras inundables de la frontera, en estado de shock. Así la inspectora Tara Dassel, exiliada de la policía de Rotterdam por un caso confuso, se hará cargo del caso y tendrá que moverse por un cuerpo de policía que la rechaza y enfrentar una serie de costumbres ancestrales que manejan la zona con una discutible ideología nacionalista.

Por otro lado un psiquiatra, sobre el que pesa una acusación de abuso, será la otra parte de un equipo descastado que debe resolver los crímenes que comienzan a sucederse.
En este punto es donde empezamos a poner en la balanza los pro y los contra.

“Terrenos inundables” tiene a favor que sabe entretener al espectador aunque lo haga con un guión que está demasiado plagado de estereotipos, especialmente cuando retrata a la policía y los vicios de un departamento fronterizo con pocas ganas de “agiornarse” al siglo XXI.  

Por un lado la serie explota al máximo, gracias a una excelente fotografía, los bellísimos paisajes de la zona y hace de la geografía (con el sello distintivo del “nordic noir”) un personaje más. Por otro lado pierde la oportunidad en los pequeños detalles. Tanto en el guión como en la imagen queda la sensación de que podría haber estado mejor.

En definitiva, “Terrenos Inundables” logra su cometido principal pero lo hace sin estridencias, una serie que se mete sobresalir demasiado en la larga oferta de producciones europeas que pueblan las plataformas.