El Presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) Miguel Pesce, en el marco del Presupuesto 2023, se presentó hoy ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados. Se mantuvo firme ante el plan de la inflación al 60% y descartó una devaluación fuerte para el año próximo.

En principio, Pesce planteó que el Gobierno inició su gestión con una inflación mayor al 50%. Por eso, el método internacional para combatir la inflación tiene tres posibilidades: contraer la demanda por procesos recesivos, la apertura económica o el crecimiento económico.

“En un país con 36% de pobreza, el camino de contraer la demanda por recesión tiene consecuencias sobre el tejido social que son muy delicadas. El camino de la apertura económica es imposible de recorrer, porque no cuenta con financiamiento externo. Queda el camino del crecimiento”, aclaró.

Luego, desarrolló las previsiones del Gobierno, declarando que no esperan ninguna devaluación "brusca" para el año próximo. “No estamos esperando ningún shock externo para 2023, no está previsto ningún salto devaluatorio, allí tenemos dos componentes importantes que afectan la inflación. Y estamos esperando que los aumentos de demanda que se están dando dejen de ser respondidos con precios sino con más producción. Además, para los que tienen visiones más monetaristas, el año que viene vamos a tener una monetización del déficit (emisión monetaria) que es la menor desde 2015. Por eso creemos que la inflación va a ubicarse en el orden del 60%”. En cambio, aseguró que la devaluación será “acorde a los niveles de inflación”.

Por otro lado, explicó que los procesos de crecimiento en Argentina siempre “han chocado con la barrera del suministro de energía o de balanza de pagos”. Yendo por ese lado, destacó que actualmente se exportan USD 78 mil millones y que el año que viene se superarán lo USD 90 mil millones.

Incluso agregó que no haber concluido el gasoducto Néstor Kirchner durante la primera mitad del año aumentó las importaciones de energía, agravadas por la invasión rusa a Ucrania. “En el primer semestre del año que viene la primera etapa de gasoductos va a estar terminada, vamos a importar menos energía. Eso va a permitir que nuestra economía pueda crecer y eso va a contribuir a controlar la inflación”, señaló.

También comentó: “Por la importación de energía hemos tenido tres meses de saldo comercial negativo. Las importaciones totales hasta septiembre de este año se incrementaron en 40% pero las de energía, 165%, son USD 7 mil millones de dólares”.

Por último, Pesce expresó que no existe “una bomba de Leliqs ni riesgos en ese sentido”. Según explicó, el crecimiento de esos instrumentos se relaciona “con el resguardo de la inflación del ahorro de las familias” y explicó que la solución “virtuosa” a este problema es que “el ahorro de los argentinos se convierta en inversión a través del mercado de capitales”.