El Banco Mundial ha revisado a la baja sus proyecciones para la economía argentina, pronosticando ahora una caída del 2,8% para el año 2024, en contraste con su estimación inicial de un crecimiento del 2,7%. Esta corrección se atribuye a la implementación de un plan de estabilización por parte del nuevo Gobierno, que incluye ‘ajustes en los precios relativos’ y la ‘eliminación de desequilibrios fiscales y externos’.

El economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, William Maloney, destacó que los recortes en el gasto público y los aumentos de precios han impactado en la revisión a la baja. Además, se menciona que la inflación ha sido alimentada por desequilibrios previos, lo que enfatiza la importancia de establecer bases fiscales sólidas antes de considerar la dolarización.

A pesar de la recesión proyectada para 2024, el Banco Mundial prevé una fuerte recuperación en los años siguientes, con un crecimiento del 5% en 2025 y del 4,5% en 2026, impulsado por condiciones climáticas favorables, inversiones en el sector energético y la normalización de la producción agrícola.

El informe también destaca que la asistencia social en Argentina está bien dirigida, pero el valor real de los beneficios sociales ha disminuido, y señala los resultados fiscales del programa económico implementado por las autoridades argentinas. A nivel regional, el Banco Mundial prevé un modesto crecimiento del PIB para América Latina y el Caribe en los próximos años, resaltando la importancia de la competencia para impulsar un crecimiento económico sostenible a largo plazo.

En conclusión, el panorama económico para Argentina presenta desafíos en el corto plazo, pero se vislumbra una recuperación en el horizonte, respaldada por medidas de estabilización y proyecciones de crecimiento en el mediano plazo.