Definitivamente, la nueva conducción de Independiente no comenzó con el pie derecho. Aún no pudo cerrar a un nuevo entrenador, no logró encaminar muchas de las deudas que el tiene el club y que se preveían más fáciles de negociar y hasta parece tener demasiadas filtraciones en materia de comunicación. Todas estas cuestiones, sin embargo, representan fallas esperables o hasta admisibles en una gestión nueva, pero hay otras cosas que no se puede dejar pasar.