Emblemas de Londres y templos del deporte reconocidos en todo el mundo, la historia de estas dos instalaciones está repleta de grandeza. Situados al norte y al sur de la ciudad, como dos polos opuestos, coinciden sin embargo en el respeto que causan a todos aquellos que ocupan sus gradas.

WIMBLEDON, TRADICIÓN Y PROTOCOLO.

La elegancia es una de las señas de identidad que se percibe cuando se ponen los pies sobre las instalaciones del All England Law Tennis y Croquet Club, de Wimbledon, al sur de Londres. Cuarenta y dos acres de terreno que guardan una de las historias más relevantes del tenis mundial.

Un escenario donde el verde es el color predominante, no sólo en la hierba de sus 19 pistas, también en sus estructuras, en sus marcadores, en sus graderíos y en cualquier rincón de esta pequeña “ciudad” del tenis que durante más de un siglo ha sido referencia de este deporte.

Con más de 125 campeonatos disputados, Wimbledon impone tradición y protocolo, la obligación de los jugadores de vestir de blanco y la puntualidad como norma de la casa.

Son las reglas por las que se rige este prestigioso club, reflejo de la alta sociedad británica. Su organigrama de 375 personas, ni una más, ni una menos, permanece invariable desde sus inicios en 1877, entre ellos un centenar de ganadores del torneo individual que son socios honorarios. Para entrar en este selecto club debe ser votado por mayoría de estos miembros.

La celebración de los Juegos Olímpicos de 2012 no cambiará en nada las costumbres de este club. Tres semanas después de la disputa del Torneo de Wimbledon, estas instalaciones acogerán, por primera vez, el tenis olímpico, aunque no será algo nuevo en la historia de este club.

El All England ya organizó las pruebas de tenis en los Juegos Olímpicos de 1908, “en nuestra anterior sede de Worple Road, situada a unas cuatro millas de aquí”, recuerda Johnny Perkins, responsable de comunicación de Wimbledon, desde las gradas de la imponente pista central, apodada la “catedral”. Ahora será la segunda ocasión, en las actuales instalaciones de Church Road.

“Los británicos confiamos en Andy Murray, está en casa, es una buena oportunidad para él. Pero ojo, se enfrentará a Roger Federer, que se está preparando para ganar los Juegos, y Rafael Nadal y Novak Djokovic. Todos ellos han ganado en esta superficie”., explica Perkins.

La pista central, con capacidad para 15.000 espectadores, será una de las doce que se utilizarán en los nueve días de competición (del 28 de julio al 5 de agosto) y donde se coronarán los vencedores de los individuales y dobles masculinos y femeninos, y los dobles mixtos que, por primera vez, se disputan en una cita olímpica.

A estos ganadores se les reserva un lugar especial en su museo, un espacio que visitan 70.000 personas al año y que recorre la historia del tenis en todas sus facetas.


EL MAYOR ESTADIO DEL REINO UNIDO.

Pero si Wimbledon es la elegancia, la majestuosidad lleva el nombre de Wembley, el estadio de fútbol más famoso del mundo. Con capacidad para 90.000 personas, el más grande del Reino Unido, su grandeza se observa cuando se enfila el Olympic Way, el paseo principal por el que millones de aficionados han acudido emocionados desde 1923 a “la catedral del fútbol”, como definió en una ocasión el mismísimo Pelé.

La estatua de seis metros de altura del inglés que levantó por primera vez una Copa del Mundo de fútbol, Bobby Moore, conseguida en este mismo lugar en 1966, preside la entrada principal a un escenario que se prepara para sus segundos Juegos Olímpicos.

Porque el viejo Wembley, que se mantuvo en pie hasta el año 2003, fue el escenario de la edición olímpica de 1948, donde se celebraron las ceremonias de apertura y clausura, las pruebas de atletismo y la fase final de fútbol y de hockey.

Seis décadas después, el nuevo Wembley, estrenado en 2007, no tendrá tanta actividad, ocho partidos de fútbol, incluidas las dos finales, masculina y femenino, pero sus exteriores se han adornado para transmitir el espíritu olímpico que vive la ciudad.

Un mural de piedra con los nombres de todos los medallistas de oro de los Juegos de 1948, ubicado junto a la tienda del estadio, quiere homenajear a aquellas leyendas del deporte como Emile Zatopek, Bob Mathias y Fanny Blankers-Koen, que brillaron en el viejo Wembley.

Pero la historia de Wembley, sede habitual de la selección inglesa y escenario de grandes finales, no sólo es fútbol. Miles de personas también han vibrado con conciertos míticos de los Rolling Stones o Madonna ó han presenciado la misa que el Papa Juan Pablo II ofició en 1982.

El nuevo y majestuoso Wembley, con su techo retráctil de siete mil toneladas y el espectacular arco de 133 metros que corona su estructura, responde a la ingeniería más moderna diseñada por el arquitecto Norman Foster que ha conservado la vieja escalera de 39 peldaños que lleva al Palco Real, por la que han subido tantas leyendas del fútbol mundial y donde recibirán las medallas de oro los ganadores del torneo olímpico.

Además de Wembley, el fútbol olímpico se celebrará en otros cinco estadios con mucha historia en el Reino Unido: Old Trafford en Manchester, el Millenium de Cardiff, Sant James Park de Newcastle, Hampden Park de Glasgow y el City de Coventry.

Entre el 25 de julio y el 11 de agosto, dieciséis selecciones masculinas, entre ellas las favoritas Brasil, España y Gran Bretaña, y doce femeninas, incluida la última campeona, Estados Unidos, disputarán 58 emocionantes partidos en un país donde por primera vez se jugó el fútbol como hoy lo conocemos.