Cuando la selección aterrice esta noche en Porto Alegre se sentirá como en su casa. Primero, porque es una de las pocas ciudades brasileñas en las que el invierno se hace sentir con temperaturas que a veces no superan un dígito, como pasa en Buenos Aires. No se sentirá visitante, además, porque se estima que llegarán hasta allí unos 100.000 argentinos, según informó a un funcionario de jerarquía del Ministerio de Seguridad de nuestro país.

Para la policía local, la invasión de argentinos es considerada de "alto riesgo". El mayor desafío será contener a los miles de simpatizantes que se quedarán en la calle, sin entradas para acceder al estadio Beira-Río (tiene capacidad para 48.849 espectadores), donde jugarán pasado mañana la Argentina y Nigeria. Una alternativa para algunos hinchas sin ticket será ir al Fan Fest, un sector al aire libre montado por la FIFA en el que se baila, se bebe y se ven los partidos en pantalla gigante. El Fan Fest de Porto Alegre alberga a 16.000 personas. Pero ¿qué hará el resto? La respuesta, por ahora, es incierta y genera preocupación entre las fuerzas de seguridad y las autoridades diplomáticas de ambos países.