Radek Stepanek hizo valer su chapa de ídolo: dominó a Nicolás Almagro y le dio a la República Checa el punto decisivo en la final de la Copa Davis en Praga. El marcador final fue 6-4, 7-6 (7-0), 3-6 y 6-3 en 3 horas y 52 minutos.


Almagro vaciló en los momentos decisivos de los primeros dos parciales y nunca pudo encontrarle la vuelta al juego de Stepanek. En el set inicial el oriundo de Murcia cedió su saque en el décimo game.

En el segundo capítulo, el checo dominó desde la red y cuando el español lo tuvo contra la cuerdas, el local ganó los puntos con formidables contragolpes. Así, pese a que Almagro llegó a ponerse 4-2, Stepanek quebró en el octavojuego y luego tuvo cuatro chances de llevarse el set que no pudo capitalizar. Mientras, el español era preso de sus nervios y perdió puntos increíbles. En el tie break todo fue del checo, quien ganó en cero la definición.

Sin embargo, Almagro mostró otra cara en el tercer parcial. A pesar de que no había podido quebrar el servicio de su rival en un largo cuarto game, el español logró hacerlo en el sexto juego y desde entonces mantuvo su saque hasta definir el parcial.

Pero en el set definitivo Stepanek no dejó dudas. Quebró en el segundo game y, siempre ganando la red, mantuvo la ventaja hasta el octavo game. Allí desperdició un match point con el saque de su rival. Pero en el juego siguiente, con su saque como arma fundamental, desató el festejo en Praga.


Se trata del segundo título para el país. En 1980, también en Praga, Checoslovaquia, liderada por Ivan Lendl, se había impuesto 4-1 a Italia.


El incansable Ferrer dio una vida más

En el comiento de la jornada, en el duelo de raquetas número uno de República Checa y España, David Ferrer había aplastado a Tomas Berdych y puesto la serie al rojo vivo. El número cinco del mundo dio un concierto en Praga: se llevó una cómoda victoria por 6-2, 6-3 y 7-5 en apenas dos horas y 25 minutos de juego; y puso la serie 2-2.

El valenciano hizo un partido perfecto ante el crédito local, que sufrió la derrota más humillante como local de toda su carrera. Es que Berdych tenía un balance de 12-5 y únicamente había perdido con el español Feliciano López (2004), el estadounidense Andy Roddick (2007), el suizo Roger Federer (2007), el argentino Juan Martín del Potro (2009) y el kazajo Andrei Goluvev (2011).

Pero lo de Ferrer fue asombroso. En un abrir y cerrar de ojos se puso 3-0 y después fue cuestión de conservar el servicio para cerrar con un cómodo 6-2 tras 45 minutos. El segundo set fue un calco. Ferrer quebró y confirmó en el arranque, y después, controló el partido para firmar un 6-3 que no estaba en los planes de los aficionados locales.

Berdych intentó una reacción en el tercero, cuando por fin se quedó con el saque del español para igualar en 4. Pero Ferrer no aflojó y le robó el servicio al local para ponerse 6-5. Una derecha del checo murió en la red y con ella la ilusión de los locales, que colmaron el 02 Arena de Praga.