El árbitro de Godoy Cruz – Boca, Pedro Argañaraz, se habría despachado duramente en su informe del partido, señalando a futbolistas del Tomba y el Xeneize. “Los medios mendocinos reflejaron que fue un bochorno lo que en principio había sido una fiesta. Terminó con 15 policías internados, de los cuales 7 fueron dados de alta”, señaló en La Mañana el corresponsal de Competencia en esa provincia, Gustavo Martínez.

En diálogo con Víctor Hugo, consignó que hubo “cero detenidos” y que los funcionarios de la provincia se juntarán con los dirigentes de Godoy Cruz para que “se elimine esta suerte de público neutral” la próxima vez que un grande visite al Tomba.

Ayer en el encuentro entre Godoy Cruz y Boca, Pedro Argañaraz demostró el flojo nivel que tiene el referato local, equivocándose para los dos equipos en jugadas importantes. Desde el comienzo del partido el referí tucumano tuvo decisiones polémicas, como pasar por alto un claro penal contra Mauro Óbolo.

En la recta final del cotejo pasó de todo. Primero un penal dudoso de Gonzalo Castellani al Burrito Martínez y después un confuso episodio en el borde izquierdo del área de Jorge Carranza, donde Argañaraz hizo gestos poco claros y generó una batahola alrededor del juez de línea por al cobrar una falta casi en la línea del área en una jugada donde ni siquiera hubo roce físico. Los jugadores entendieron al principio que había cobrado penal y se perdieron varios minutos en aclarar la situación.

Los terribles incidentes que ocurrieron en la cancha y luego en el vestuario, donde se toparon algunas personas del club local con la terna arbitral, llevaron a que Argañaraz se expidiera duramente en su informe del partido. Aparentemente los jugadores informados por el tucumano son Jorge Curbelo y Jonathan Ramis por el lado del Expreso, y Pablo Ledesma y Matías Caruzzo por el lado del Xeneize. También el juez habría informado al preparador físico del Tomba Gastón Mendoza y a uno de los ayudantes de campo de Boca José María Castro.