El caso de la tenista china Pen Shuai, que denunció al ex viceprimer ministro de su país, Zhang Gaoli, aún trae consecuencias. Más allá de que para muchos aún no existen garantías de que la jugadora esté bien y el gobierno chino haya mostrado pruebas poco convincentes sobre su supuesto estado, los principales organismos del tenis empiezan a tomar decisiones.