La final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y Fluminense en Río de Janeiro ha estado envuelta en incertidumbre debido a los enfrentamientos violentos entre hinchas y la policía brasileña que tuvieron lugar en la playa de Copacabana. Estos incidentes generaron preocupación en el club argentino y llevaron a la intervención de las máximas autoridades de la ciudad. Sin embargo, luego de una reunión convocada por la Conmebol, se anunció que la final se llevará a cabo con público en el estadio Maracaná.

El presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, afirmó que el partido se jugará a las 17:00 y se espera que transcurra en paz. Por su parte, Jorge Amor Ameal, presidente de Boca Juniors, pidió a los hinchas respetar al contrincante y recordó que el fútbol no es una guerra.

La Conmebol emitió un comunicado en el que se abordaron las medidas de seguridad en torno a la final, destacando las acciones impulsadas desde la designación de Río como sede. También se mencionó el mecanismo de ingreso de los hinchas al estadio, las áreas asignadas a cada club y el despliegue de seguridad en el perímetro del Maracaná. Se busca evitar desbordes y minimizar el contacto entre las hinchadas, ya que se espera la presencia de al menos 150.000 hinchas de Boca Juniors en Río de Janeiro.

Además, se recordó el compromiso firmado por los clubes finalistas en octubre, en el que se comprometieron a impulsar campañas contra la violencia y el racismo en sus respectivas hinchadas.