La crisis futbolística de Independiente tiene, como desde hace años, una explicación de raíz institucional. La pésima segunda gestión de Hugo Moyano ha hundido al club en un infierno de ventas risibles, deudas eternas y malos manejos constantes. Para colmo, de cara las elecciones, para las que faltan menos de dos meses, nadie termina de hacerse cargo: ni los que llevaron a la institución a esa situación ni los que, con justicia, tan críticos han sido con esta comisión directiva. En medio de ese caldo de cultivo insoportable, Independiente recibe a Unión en el Libertadores de América.