El Raja Casablanca marroquí será el segundo equipo africano en disputar la final del Mundial de Clubes, tras ganar al Atlético Mineiro por 3-1, el miércoles en Marrakech, y jugará la final con el Bayern Munich, repitiendo la hazaña del Mazembe congoleño en 2010.

Un gol de penal de Mohsine Moutaouali en el minuto 84 y otro en el descuento de Vivien Mabide, tras una estupenda "vaselina", pusieron en la final al cuadro marroquí, que se había adelantado en el minuto 51 por medio de Mouhsine Iajour, aunque Ronaldinho, con un tiro libre, había empatado y dado esperanzas al Atlético.

Como en 2010, cuando Inter de Italia definió con Mazembe de República Democrática del Congo (3-0 para los italianos), un equipo africano se colará en la final del Mundial de Clubes. Desde que en 2005 se juega este torneo en reemplazo de la Copa Intercontinental (en 2000 se realizó, pero convivieron en el calendario), sólo en 2010 no se había definido entre europeos y sudamericanos. Ahora, Bayern Munich puede soñar con volver a llevar el trofeo a Europa (el último fue para Corinthians, ante Chelsea), mientras que Raja Casablanca espera por dar otro golpe. Un golpe que sería inédito para el fútbol mundial.

A diferencia de Mazembe (ingresó en cuartos de final en 2010), Raja Casablanca jugará en todas las fases del Mundial de Clubes: empezó venciendo a Auckland City por 2-1 en la eliminación preliminar, después superó a Monterrey de México por idéntico marcador y ahora eliminó a Atlético Mineiro por 3-1. Llegó al torneo como "campeón de la Liga de Marruecos", al representar al país organizador.