Hay cosas que el dinero no puede comprar. No, no es una publicidad de ninguna tarjeta. Es una frase que puede aplicarse a un número muy reducido de casos, pero le cabe a la perfección a la situación de Faiq Bolkiah. El jugador más rico del mundo, que tiene un país a sus pies, no consigue consolidarse como futbolista y ningún club lo quiere.