Cem Bölükbasi es el nuevo protagonista de una historia en ciernes en los últimos años: pilotos que comienzan a competir en los Esports siendo adolescentes (la FIA no permite menores de 16 en sus competencias virtuales), se destacan, y consiguen una butaca en un campeonato real.

Generalmente, la edad y, sobre todo, la falta de backup formativo (el karting desde la más tierna edad parece hoy una condición sine qua non para llegar a la F1) inciden para que los resultados obtenidos no sean en general espectaculares.

Sin embargo, de Verstappen para acá, también los grandes pilotos de F1 suelen ser grandes simracers (de la era anterior al Mundialito que organiza la FIA). Max no se pierde ninguna Le Mas 24 Virtual (y ha ganado la competencia en equipo con Lando Norris).

A medida que el nivel de las simulaciones se acerca ominosamente a la realidad y los presupuestos de los campeonatos de F4 y Karting se tornan cada vez más prohibitivos, por otra parte, las Sim Racings se convierten en una cantera de talentos que jamás podrían pagarse una máquina ‘real’, y los equipos ya están atentos a esta posibilidad.

En tanto, la FIA está en un cierto atolladero ‘jurídico’, porque, por las leyes contra la explotación laboral de menores, se establecen los dieciséis años como edad mínima para participar de sus torneos virtuales, pero esta edad, en automovilismo, es la mínima para correr en campeonatos de F3 (Regional, le dicen ahora), con lo que se pierden los mejores años de formación de los Sim Racers sin poder dar el paso a, siquiera, una escuela de conducción deportiva.

En este contexto, la actuación de Bölükbasi en la Eurofórmula 2021 (una categoría despareja y despoblada, que no suele juntar más de trece coches por carrera) es destacable, y marca el camino a un cambio, quizá demasiado paulatino, en las canteras de las que se proveen los campeonatos profesionales de automovilismo (los pocos que quedan en el mundo).

Bölükbasi fue fichado por G2 Esports FA Racing (el equipo virtual de Fernando Alonso) en 2017. También compitió con Toro Rosso en el Mundialito virtual de la FIA. A partir de allí, en 2019 corrió las GT4 European Series y la Fórmula Renault; también participó en F3 Asiática y European Le Mans.

Pero fue el equipo holandés Van Amersfoort (el mismo que empleó a Max Verstappen en la F3 Europea) el que lo llevó a la Eurofórmula y le dio los resultados (y los puntos FIA) necesarios para subir a F2: ganó su primera carrera, obtuvo siete podios y terminó quinto.

No parecen resultados espectaculares, pero muestran un camino apenas en ciernes: el del paso directo de los pilotos desde los Esports a las categorías de fórmula, que, muy factiblemente, crecerá en la próxima década.