River fue una sombra, un equipo sin juego y sin ideas, solamente las pocas veces que Julián Álvarez tocó la pelota el millonario pareció tener algo distinto en cancha. Unión fue un equipo, con alguna figura sobresaliendo sobre otra, pero decididamente un equipo, inteligente, solidario y con hambre.

El partido fue casi todo igual. Unión controlando a River y llegando, esporádicamente, pero con mucho peligro, y fallando por falta de jerarquía individual. Sino hubiese sido así, debió irse en ventaja en el primer tiempo. Un gol errado en soledad debajo del arco, un par de mano a mano con Franco Armani en los que a Alvez se le nubló la vista.

El segundo tiempo siguió igual y el gran Luna Diale que enloqueció a la defensa millonaria en el primer tiempo, siguió sacándose jugadores de encima en el segundo. Un mano a mano más, un penal dudoso a favor de Unión y el propio Luna que puso el 1 a 0.

Los últimos cinco River fue, a lo Boca, tirando ollazos. Sin peligro. Los cambios no funcionaron. Ezequiel Barco que entró en el entretiempo no inquietó a nadie. Braian Romero tampoco. Paradella menos. El lateral venido de San Lorenzo tampoco. Y tanto gasto chocó con el coraje, el esfuerzo y el orden colectivo. Mal comienzo para River.