El resultado fue acorde a lo esperado, pero no refleja a ciencia cierta lo que fue un trámite sorprendente. Boca la pasó muy mal durante más de 20 minutos del primer tiempo ante un rival de la Primera C. De todas formas, logró imponer su ritmo físico en la segunda parte y le ganó 4 a 1 a Central Córdoba de Rosario. Nicolás Orsini en dos ocasiones, Luis Vázquez y Exequiel Zeballos convirtieron para el equipo azul y oro, mientras que Guido Di Vanni había puesto el empate parcial para el Matador.

El Xeneize mostró algunas cosas interesantes en ataque: pocas posiciones fijas, mucho movimiento y aprovechamiento de la capacidad individual superior en todos los sectores de la cancha, hecho absolutamente determinante.

A los 14 abrió el marcador en lo que parecía ser el inicio de una noche tranquila. Óscar Romero metió un gran pase para Orsini, que recibió con alguna dificultad pero sacó un remate muy violento al primer palo que vulneró al arquero Matías Giroldi. Antes de los 25, el conjunto de la Ciudad de Buenos Aires había generado al menos tres oportunidades más de gol, aparte del tanto convertido.

Pero, al mismo tiempo, mostró una fragilidad defensiva inconcebible. En la primera acción en la que el conjunto rosarino metió una pelota en el área, convirtió. Gonzalo Ríos metió un gran centro desde la izquierda y Di Vanni se filtró entre Jorge Figal y Gastón Ávila y metió un frentazo que venció a Javier García.

A pesar del cambio de estado de ánimo, el equipo de Sebastián Battaglia reconectó rápido con el juego y volvió a generar chances. Incluso, por los espacios que tuvo para jugar y para definir, nunca terminó de preocuparse del todo por acelerar y marcar la diferencia en el resultado. Pareció relajarse en su faceta ofensiva, que tuvo una contracara muy marcada en defensa.

Los Charrúas volvieron a aproximarse al arco rival en tres oportunidades y en todas consiguieron terminar la jugada. Es decir, Boca no cortó, no interceptó y no rechazó. De hecho, fueron acciones bastante concretas, todas manejadas por el 10 Tomás Gaitán. Durante un rato largo, Boca sufrió.

El triángulo confirmado por Figal, Ávila y Esteban Rolón tuvo una tarea claramente deficitaria y lo que en algún momento pareció exceso de confianza se transformó en ausencia de la misma. A tal punto que cualquiera de los dos equipos pudo irse arriba al entretiempo y en términos de merecimientos no hubiese sido ilógico.

En la segunda mitad, Central Cordoba se desmoronó físicamente y el partido se le hizo imposible. Se retrasó y aguantó como pudo desde antes de los 10 minutos. Resistir tanto tiempo en tan pocos metros era prácticamente imposible y el desgaste ya había sido hecho con eficiencia en la primera parte.

A los 8 Boca pudo convertir partir de un error de la salida de un equipo agotado. Giroldi le dio un pase flojo a Ignacio Boggino que le devolvió uno aún peor. Orsini interceptó y asistió a Romero que recibió solo, definió de derecha y concretó una de las acciones falladas más insólitas de lo que va del año, con todo el arco vacío. Más allá de eso, el mellizo fue el mejor jugador boquense.

Finalmente, de tanto ir, a los 20, Orsini capturó un rebote tras un centro que él mismo había propiciado con un buen pase y con un zurdazo bien ubicado puso a su equipo en ventaja.

Después del gol, otra vez, el equipo de La Ribera desapareció del partido por un rato y le dio a un equipo agotado que solo encontró aire en las sustituciones una vida más. De hecho, el ex Newell’s Juan Manuel Cobelli, recibió solo en el área, giró y remató de zurda, pero la pelota se fue cerca, en una acción que pudo ser el empate.

Pero poco después, el Xeneize lo liquidó: Romero metió un pase cruzado que Vázquez recibió en el área para luego fulminar al arquero con un derechazo. El joven atacante demostró una vez más que merece mayor cantidad de minutos. En la última, Zeballos corrió una pelota larga por el sector izquierdo del área y fue derribado por Giroldi. Él mismo ejecutó y adornó un resultado que no se condice con lo que sucedió en el juego.

Boca tuvo un partido ofensivo positivo, incluso teniendo en cuenta la diferencia de jerarquía, y un encuentro defensivo preocupante, especialmente dado que varios de los jugadores que sufrieron ante un equipo de cuarta división deberán jugar por Copa Libertadores. De todas formas avanzó de fase y aguarda por el ganador del partido entre J.J. Urquiza y Ferro.