"Somos un país en el que a veces se produce un colapso colectivo de la confianza", señaló en una entrevista que publica hoy el diario británico "Financial Times", cuando faltan cuatro días para la ceremonia de inauguración de los Juegos.

El dispositivo de seguridad de los Juegos, una de las preocupaciones más serias de las autoridades británicas durante los últimos siete años, ha provocado este mes los mayores dolores de cabeza a los organizadores del evento.

La firma británica G4S, responsable de la vigilancia en los recintos olímpicos, admitió que no podría reclutar a 10.400 personas, como se había comprometido, lo que ha obligado al Gobierno a movilizar en el último momento a 3.500 militares adicionales y a poner en estado de alerta a otros 1.200 para cubrir la falta de guardias privados.

"Todos sabíamos que ese aspecto del proyecto iba a resultar un reto, pero no puedes apreciar las deficiencias hasta que los planes detallados que habías hecho se confrontan con la realidad", describió Coe.

Además del plan de seguridad, en el que el Gobierno ha invertido cerca de 1.200 millones de euros y que involucra a unas 42.000 personas, el envejecido sistema de transporte de Londres, que amenaza con colapsarse ante la avalancha de visitantes para los Juegos, así como el tradicional tiempo lluvioso del verano británico, centran las preocupaciones en las últimas semanas.

"Hubo momentos importantes en mi carrera como atleta en los que tuve la suerte de mi lado. Ahora, necesitamos también que nos acompañe la fortuna", señaló el presidente del LOCOG, oro olímpico en los 1.500 metros en los Juegos de Moscú (1980) y Los Ángeles (1984).