Marcelo Bielsa rechazó el trato de privilegio que le quisieron dar los directivos del Athletic Bilbao cuando reservaron para él una habitación de €1000 la noche en el Crowne Plaza Hotel de Bucarest, Rumania, lugar elegido para la estadía del plantel vasco que espera por la final de la Europa League.

El entrenador pidió tener el mismo trato que sus ayudantes y se negó a ocupar una pieza del más alto costo y en solitario.

El hotel dispone, entre otras cosas, de gimnasio, piscina, jacuzzi y una cancha de tenis, y pertenece a George Copos, propietario del Rapid Bucarest, club de la primera división del fútbol rumano.

"Esto significa una mentalidad profesional", afirmó el dueño del hotel.