Aquellos que hayan leído la nota de la mítica "Batalha dos Aflitos" recordarán que quedó en el tintero desarrollar el devenir de la carrera del héroe de aquel partido. Aquel chico de 17 años que se calzó al hombre a su equipo con cuatro jugadores menos y convirtió el gol de la gloria. Anderson, el joven que se transformó en ídolo del Gremio proyectaba un futuro alucinante.