La situación de Giovani Lo Celso mantiene en vilo a la Selección Argentina. El mediocampista sufrió una lesión muscular complicada que lo dejó con muy pocas chances de jugar el Mundial. Su última chance depende del resultado de estudios que tendrá que realizarse el próximo lunes.

Además de un desgarro, el futbolista habría sufrido un desprendimiento en la inserción del aductor y los isquiotibiales. El resultado de los exámenes que se hará la semana que viene, una vez que haya bajado la inflamación en la zona, es esencial, dado que permitirá saber si el jugador debe ser sí o sí operado o si puede sanar con algún otro tipo de tratamiento.

Tanto el Tottenham, club dueño de su pase, como el Villarrea, equipo donde se encuentra a préstamo, consideran que la cirugía es la opción más segura, pero, de concretarse, le demandaría al mediocampista una inactividad mínima de dos meses. Eso generaría que no tenga ninguna esperanza de jugar en Qatar.

Si el grado de la lesión se lo permite, el futbolista está dispuesto a hacer el esfuerzo que sea necesario para tratarse e intentar una recuperación rápida. De ningún modo llegaría para jugar ningún partido de la fase de grupos y es posible que tampoco alcance a estar en octavos de final. 

El riesgo es grande, dado que una lesión de estas características mal tratada puede derivar en problemas incluso crónicos. Sin embargo, también es comprensible que un titular absoluto que tenía por delante una de las grandes oportunidades de su carrera quiera agotar todas las posibilidades de estar presente en la cita máxima.