Después de mucho cabildeo, la decisión de Donald Trump de dinamitar el acuerdo con Irán ensalzó los temores de una confrontación en gran escala en Medio Oriente, la región más convulsionada del planeta. La decisión de Trump, tan previsible como el frío en invierno, disparó el precio del petróleo por la promesa de sancionar a Irán. Eso complicaría el abastecimiento de combustible en Europa, China, India, Corea del Sur y Japón, clientes de Irán. El riesgo no radica en su afán nuclear, supuestamente neutralizado desde 2015, sino en la expansión de una guerra en curso desde 2011, la de Siria, y el uso de su territorio para dirimir diferencias entre terceros, como Irán e Israel.