Mike Pence mostró más cintura política que espalda ancha. En Argentina, una de las paradas de su gira por América latina, el vicepresidente de Estados Unidos zafó como pudo de una pregunta tan incómoda como recurrente. La pregunta giró sobre la verosimilitud de “la opción militar” contra Venezuela, lanzada en forma sorpresiva por Donald Trump. Tan inesperada fue la amenaza de Trump que Pence, con un pie en el avión, debió prepararse para descafeinarla y convenir con sus anfitriones en la necesidad de “una solución pacífica”, más allá de las sanciones políticas, jurídicas y económicas contra los jerarcas bolivarianos.