Fue un día de gloria para la revolución americana y para la lucha por la independencia. Las campanas de la iglesia de La Merced anunciaron que los realistas se habían rendido. En el Cabildo flameaba orgullosa la enseña que Belgrano nos legó y que por primera vez había participado de un enfrentamiento en un campo de batalla.

Esa batalla de Salta de la que hoy celebramos el Bicentenario y que permitió a los patriotas del Ejército del Norte recuperar provisionalmente el control del Alto Perú y del territorio del Virreynato del Rio de la Plata.

El general Manuel Belgrano, demostró su coraje de guerrero que no dudó en tomar las armas para defender a la patria pese a que no era militar. Belgrano combatió en las Invasiones Inglesas aunque su formación era de abogado, economista, diplomático y periodista. Era un erudito que hablaba y leía perfectamente en ingles, francés, italiano y latin. Fue un visionario que redactó junto a Mariano Moreno el Plan Revolucionario que se presentó a la Junta. Fue el gran sembrador de la educación laica, gratuita y obligatoria. Dijo que la patria era educación. Pero puso el pecho ante las balas cuando hubo que pelear por ella en Campo Castañares y logró quebrar al ejército realista que entregó 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas, carabinas y 3 banderas reales. Su comandante, el brigadier Juan Pío Tristan, al final se fundió en un abrazo con Belgrano. Era tan chico el mundo que habían estudiado juntos en Salamanca, y vivido en Madrid donde, se dice, que hasta amaron a la misma mujer. Manuel Belgrano demostró su estatura moral cuando liberó a todos los prisioneros una vez que juraron no levantar nunca mas sus armas contra los patriotas. Muchos de ellos se pasaron a las filas de Belgrano y comenzaron una nueva vida en el amanecer americano. Belgrano ordenó que los 480 muertos enemigos y los 103 nuestros fueran enterrados en una fosa común. Hizo clavar una cruz de madera con la siguiente leyenda: “Vencedores y vencidos”. Fue tan decisivo para nuestro destino el triunfo en aquella batalla que las autoridades resolvieron premiarlo con 40 mil pesos. Belgrano, austero y republicano, alguien que nació rico y murió pobre, rechazó el dinero y lo donó para que se construyeran escuelas en esas tierras tan hermosas como cargadas de injusticias de Salta y Jujuy. Cuesta decirlo pero este país que tanto le debe a Belgrano recién cumplió 185 años después cuando se terminó de equipar la última escuela en Tarija. No fuimos capaces de honrarlo ni de estar a la altura de su ejemplo. En el monumento al combate que hoy preside Salta pueden verse 4 gigantescos pilares que funcionan como base. Representan la prudencia, la templanza, la fortaleza y la justicia, los valores que Belgrano supo izar en el mástil de nuestra identidad.

¿Qué mas le podemos pedir? Hasta le salvó la vida a la esposa y a la hija del general San Martín. Ojalá alguna vez nos perdone que lo hayamos dejado morir en la más terrible de las miserias. Vencido por las enfermedades y con el único tesoro de su reloj personal para recompensar al médico que lo asistió hasta el final. Le confieso que me produjo un desgarro en el alma cuando leí que su cuerpo estuvo ocho días sin poder ser sepultado por falta de dinero. Siento vergüenza histórica retroactiva.

Belgrano se empobreció lícitamente. Fue generoso con la gente común pese a que había nacido en cuna de oro. Don Manuel fue un manual del buen funcionario, del gobernante que todos soñamos. Protegió siempre a los más desprotegidos, a los más humildes, a los ancianos, a las mujeres y a los indios. Le dio a la tierra el carácter de generadora de riquezas e inventó el impuesto a las tierras improductivas. Progresismo puro. Nos grabó para siempre en nuestra memoria colectiva esa frase maravillosa que dice que el sentimiento de libertad es capaz de transformar en héroes a los ciudadanos más simples. Combatió en forma permanente contra los monopolios y todo tipo de autoritarismo. Fue miembro del primer gobierno patrio. Defendió a libertad de prensa y la modernización. Trajo de Europa las ideas más avanzadas de soberanía y emancipación y las tres vigas maestras de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad. San Martín, el padre de la patria, dijo que Belgrano era el mejor hombre que teníamos en América del Sur. Ese es su mejor homenaje. Belgrano es la bandera que hace 200 años en la batalla de Salta tremoló triunfal. Lllena de orgullo y bizarría.