Los argentinos son buenos, pero si se los controla son mejores. La frase pícara de Perón es muy cierta. Y se podría agregar, que si se los controla durante las elecciones mucho mejor todavía. Es lo que parece estar sintiendo una parte importante de la población que no quiere que Cristina Fernández siga en el poder después de 2015 ni se quede un día más ni un día menos. ¿Se acuerda de aquel tema de Raúl Porchetto que decía, che pibe, veni, vota”.

Bueno hoy se podría decir, “che pibe, vení controlá”. Le soy sincero, yo no creo que se pueda realizar un fraude lo suficientemente grande como para dar vuelta una elección donde haya diferencias de alrededor de diez puntos entre los candidatos. Es muy complicado. Pero si creo que hay fisuras y grietas que pueden permitir pequeños fraudes o engaños. Sobre todo en los lugares mas alejados de votación donde casi no hay fiscales o autoridades de mesa que no respondan al gobierno o al intendente de turno.

La ocasión hace al ladrón, es otro dicho bien argentino que encaja justo. Si en una mesa solo hay autoridades del oficialismo, agarrate catalina, te bajan el padrón, como se dice en la jerga y te golean 120 a 0 si esa mesa tiene 130 personas en condiciones de votar. Por eso es tan importante que se controlen las 90 mil mesas que hay en todo el territorio nacional. Por eso hacen falta alrededor de 33 mil personas para controlar en la provincia de Buenos Aires donde está casi el 40% del padrón. Por eso si usted está escuchando y quiere donar un día domingo para la transparencia democrática debería anotarse como fiscal.

Todavía está a tiempo. Si usted quiere comprometerse más y participar puede ser dedicarle un domingo a garantizar la transparencia de los comicios y a fortalecer las instituciones de la República. No importa cual sea su camiseta partidaria. No interesa donde tenga su corazoncito ni a quien vaya a votar. Que los comicios sean cristalinos es un gran aporte que cada uno de nosotros puede hacerle a la patria. Un gesto de generosidad con uno mismo y con nuestros hijos. Más honradez en cualquier terreno es mejor democracia. Más corrupción en cualquier terreno es un país peor. Ya está visto que la presidenta Cristina no respeta demasiado las leyes y que hace lo que quiere con respecto a los actos de gobierno e inauguraciones y anuncios transformados en actos de campaña. Y esta visto que este gobierno no tiene demasiados escrúpulos ni duda a la hora de malversar las estadísticas públicas del INDEC o inventar zonas sembradas de maíz para dibujar un record en la cosecha de granos.
 
Parece que la mentira y el engaño son válidos a la hora de ir por todo. Vale todo, incluso especular con los golpes bajos de la vida íntima, con el luto de Cristina o el cáncer de Insaurralde o robarle una foto al Papa Francisco. Asombra comprobar hasta donde puede llegar la helada maquinaria de fabricar votos. Hay algunos que son juez y parte, como el propio director nacional electoral, Alejandro Tullio. No se trata de un funcionario imparcial. Es tan kirchnerista que su aporte económico figura entre los que recibió el Frente para la Victoria en las elecciones anteriores. Es como poner al lobo a cuidar las ovejas.

No quiero alentar la paranoia ni fabricar falsos fantasmas. No quiero que la gente tenga miedo, quiero que todos tengamos cuidado. Que levantemos la guardia y abramos los ojos. Nada más y nada menos. Dirigentes serios y no escandalosos como Roberto Lavagna ya plantearon esta preocupación. Sobre todo en una elección que aparece tan trascendente y tan pareja como la de la provincia de Buenos Aires. Por eso el gobierno se negó a implementar el sistema de boleta única. Porque con el actual sistema se puede hacer pequeñas grandes trampitas. Tirar a la basura las boletas de un partido que no tenga fiscal, por ejemplo. Y decirle al votante que no hay más o que nadie las trajo. Si eso pasa se recomienda filmar con el teléfono celular el incidente y que se lo digan mirando a cámara. En Formosa hay que cuidar que no voten los ciudadanos paraguayos de doble nacionalidad que solo vienen el día de la elección a depositar su sobre en la urna y a llevarse unos pesos en el bolsillo.

Y así en cada distrito. Usted sabe, hecha la ley, hecha la trampa. Perder o ganar un diputado o un senador siempre son importantes pero mucho mas en esta elección. Hay una ONG que se dedica a combatir esas trampas y que se llama “Red Ser Fiscal”. Es una forma extraordinaria de ejercer la ciudadanía en plenitud sin afiliarse a ningún partido político ni comprometerse con nadie. Solo con el país. Eso es ser voluntario eficaz para combatir el no te metas. Para dar una mano y construir una país con más honestidad y con menos trampas. ¿Le parece poco? Fiscal mata fraude. No se olvide.