El campo está cansado de tanto maltrato. El campo tiene la paciencia llena y por eso, ayer, decidió implementar un plan de lucha. En Junín fue la última de las nueve asambleas que fueron desarrollando en todo el territorio nacional. La Mesa de Enlace fue a las bases, a sembrar preguntas, a escuchar a los productores, a conocer de primera mano las realidades y los problemas.

Ahora cosecharon todos los reclamos y los transformaron en una serie de protestas que comienza el martes que viene con una jornada de esclarecimiento. En las plazas de muchos pueblos y ciudades del interior y también frente al Congreso Nacional, van a mostrar como el gobierno insiste con su mala praxis y venganza. Van a ir a donde está el ciudadano común para demostrarle, con los productos en la mano, como la presidenta Cristina perjudica a las dos puntas de la cadena productiva. Al que trabaja en el campo y al que consume en las góndolas. Esa voracidad por llenar los bolsillos del estado nacional hace que los precios copien la inflación y sigan siendo muy caros mientras cada vez hay menos leche, pan y carne. Es el gobierno menos federal en años.

Parece una novela de terror escrita por un enemigo de la Argentina. Golpear sobre la carne, el pan y la leche es como quebrarle el espinazo a la identidad nacional. Cada vez hay menos tambos y en menos manos. Nunca en la historia de los últimos cien años se sembró menos trigo. Millones de cabezas de ganado fueron deglutidas por la tozudez y la ineficiencia del gobierno. Frigoríficos que cierran, obreros que quedan en la calle y noticias insólitas que jamás pensamos escuchar pero que son una triste realidad: Uruguay y Paraguay exportan más carne que Argentina.

El granero del mundo, la agricultura más competitiva, el orgullo de todos, es sistemáticamente atacado por el gobierno desde todos los planos. Por eso el campo se cansó. Por eso decidió pasar de las palabras a los hechos. Hay una Argentina rural que todo el mundo ve como una potencia en potencia. Todo el mundo, menos el gobierno. Le ponen el freno de mano a la locomotora del crecimiento nacional. Todos los días una zancadilla. Todos los días un obstáculo. Muchos chacareros bajan los brazos. Muchos jóvenes emigran hacia las grandes ciudades. Los millones de dólares que generan el esfuerzo de los que trabajan la tierra no vuelven nunca. Caminos destruidos, falta de infraestructura, costos por las nubes, impuestos altísimos, retrasos cambiarios, créditos inexistentes, burocracia, coimas para los subsidios en la ganadería, cero diálogo con los dirigentes y un desprecio que llevó a satanizar a la soja como un yuyito cuando es la fábrica mas grande de dólares que tiene el gobierno.

El diagnóstico es preocupante. Solo llueve odio sobre los campesinos. Sobre todo desde que el campo se puso de pié, defendió su dignidad y derrotó al gobierno en la calle con sus movilizaciones y en el Congreso con el voto no positivo. Cristina jamás perdonará eso. Fue una de las peores noches de su vida política. Cuando quiso renunciar por despecho. Parece que todavía se sigue tomando revancha. Intenta asfixiar económicamente a las entidades que representan a los distintos sectores agropecuarios. Quieren descabezar las organizaciones y decidir quienes deben conducirlas. Utilizan la AFIP como instrumento de castigo, vigilancia y delación. Por eso el martes que viene el campo se movilizará en todo el país.
 
Para explicar, para difundir, para esclarecer al pueblo que quiere saber de que se trata. Para demostrar con los papeles en la mano esa brecha gigante entre lo que cobran ellos y lo que pagan los consumidores. Para que la sociedad no se deje engañar con el relato agresivo de un gobierno que cree que hay oligarcas destituyentes detrás de cada tractor y cada vaca. No hay actividad que se haya salvado de los latigazos. Las economías regionales están quebradas. No se entiende muy bien porque castigan a la uva, la manzana, la miel, el algodón, la yerba, el azucar. Nada ni nadie se salva de la tormenta de malas políticas oficiales.

Todos dejaron de ser competitivos. Las inundaciones, las sequías y el gobierno nacional son los peores enemigos de sus mayores sostenedores económicos. Nadie puede creer como se les paga con cachetazos a los que aportan 8 mil millones de dólares al año con su trabajo. El grito de Junín dice eso. Es el resumen de todos los gritos de todas las asambleas del país. Ojalá el gobierno sepa escuchar y convoque al diálogo. Porque si no hay respuestas, habrá mas protestas. Si sigue el silencio de arriba, habrá mas gritos de abajo.