Una persona debe recordar entre 70 y 80 contraseñas. Además de ser difíciles de memorizar, las contraseñas son el objetivo principal de los ciberdelincuentes. Sin embargo, durante años, y aun lo sigue siendo, fue la herramienta a través de la cual es posible acceder a todos los aspectos de la vida digital: desde el correo electrónico y las cuentas bancarias hasta las tiendas virtuales, servicios de streaming y videojuegos.  

Al momento de crear una cuenta, se espera que los usuarios elaboren contraseñas complejas y únicas, que las recuerden y cambien con frecuencia. Pero pocas personas lo hacen.

En una encuesta reciente elaborada por Microsoft, casi un tercio de las personas afirmaron que prefieren dejar de utilizar por completo una cuenta o un servicio que lidiar con una contraseña olvidada. 

El problema con las contraseñas  

“Los hackers no entran por la fuerza, sino que inician sesión”, sostiene Bret Arsenault, director de Seguridad de la Información de Microsoft. Es decir: las contraseñas débiles son la puerta de entrada para la mayoría de los ataques dirigidos a las cuentas de empresas y usuarios.   

En este sentido, según un estudio de Microsoft, actualmente se realizan 579 ataques de contraseña por segundo, es decir, 18 000 millones al año*.

Todos los meses, el 43% de las personas tiene problemas con sus contraseñas. A su vez, ocupan demasiado espacio cerebral: el 27% de los encuestados depende únicamente de la memoria para acordarse de las contraseñas y un tercio se las olvida rápidamente.

Además, el 28% aún las sigue anotando, por lo que las vuelve más susceptibles de ser pirateadas.