Cristina Fernández de Kirchner minimizó ayer la violencia el fútbol de una manera escandalosa.

La violencia en el fútbol, en lo que va del año nada más, se cobró nueve víctimas.
Y no hace falta ser un experto para saber que los casos de hinchadas rivales ya no son el problema más grave.

Ahora se pelean en liderazgo dentro de las hinchadas por los negocios. Negocios de los cuales los dirigentes de los clubes son cómplices, en el mejor de los casos, porque no hacen nada para prevenir la violencia.

Ayer mismo, en la Casa Rosada se encontraba Javier Cantero, el presidente de Independiente.

Podría Cantero dar testimonio de lo que significa cortar los negocios de la barra con el club. Pero nada de eso fue siquiera mencionado por la presidenta.