Era un galeón español cargado de tesoros tan suntuosos que su hundimiento en las Bahamas en 1656 provocó repetidos intentos de salvamento durante los siguientes 350 años. Entonces, cuando se lanzó otra expedición recientemente, pocos pensaron que podría quedar algo, pero los exquisitos colgantes con incrustaciones de joyas y las cadenas de oro se encuentran entre los hallazgos espectaculares que ahora se han recuperado, después de haber permanecido intactos en el fondo del mar durante cientos de años.