En un operativo llevado a cabo en Monte Quemado, Santiago del Estero, la Gendarmería Nacional logró incautar 134 kilos de cocaína que eran transportados en una ambulancia de una empresa privada. La ambulancia, proveniente de Orán, Salta, y con destino a la Ciudad de Buenos Aires, supuestamente transportaba a una paciente en estado crítico. Sin embargo, al detener el vehículo en la ruta nacional 16, los gendarmes detectaron señales de nerviosismo entre los ocupantes y descubrieron que la vía con suero no estaba conectada a la paciente.

Durante la inspección, el perro antinarcóticos "Terra" alertó a los agentes, quienes hallaron un doble fondo en la base de la camilla que ocultaba 129 panes de cocaína. Lo peculiar de este secuestro fue el distintivo envoltorio amarillo brillante de los paquetes, cada uno con un relieve en forma de delfín.

Este patrón en los paquetes de droga, caracterizados por el color amarillo y la figura de un delfín, ha sido recurrente en distintos operativos recientes. En un caso destacado en Salta, la Gendarmería decomisó 314 kilos de cocaína que eran transportados en una camioneta de los Bomberos Voluntarios de Aguas Blancas, lo que derivó en la detención del jefe de los bomberos y su hijo, sugiriendo posibles complicidades políticas.

Otro episodio relevante tuvo lugar en Córdoba, donde se incautaron 861 kilos de cocaína ocultos en un camión cargado de calabazas. Aunque los paquetes no presentaban la misma forma, compartían el característico envoltorio amarillo y la representación de un delfín.

Estos casos no son aislados y evidencian una posible conexión entre diferentes operativos de tráfico de drogas tanto dentro como fuera de Argentina. La repetición de este patrón en los envoltorios de cocaína plantea interrogantes sobre la existencia de una red de distribución organizada y con recursos significativos detrás de estos envíos ilícitos.