Ayer, YPF y Chevron concretaron el acuerdo para producción en el megayacimiento no convencional de Vaca Muerta, que contempla una inversión inicial de 1.240 millones de dólares. En el encuentro, que se realizó en el despacho presidencial, también estuvieron presentes el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el viceministro de Economía, Axel Kicillof; el gobernador de Neuquén, Jorge Sapag; y Alí Moshiri, CEO de la Chevron para América latina y África.

“Esta asociación es estratégica para la compañía y para la Argentina. Estamos poniendo en producción un recurso que puede cambiar el futuro energético de nuestro país”, dijo el titular de YPF, Miguel Galuccio. “Este acuerdo es, también, una demostración de confianza por parte de una gran empresa internacional”, destacó.

Por su parte, John Watson, presidente de la Corporación Chevron, afirmó que “Vaca Muerta es un activo de clase mundial y se ajusta perfectamente a nuestro sólido portfolio de recursos no convencionales”. Este acuerdo “es consistente con nuestro objetivo estratégico de entrar en nuevas y atractivas áreas de forma temprana en el proceso”, añadió.

En tanto, Alí Moshiri, el directivo de Chevron con quien Galuccio cerró el acuerdo, aseguró que la empresa estadounidense “está comprometida en ayudar a la Argentina a volver al autoabastecimiento energético. El éxito de YPF beneficiará a todo el sector. La explotación de los recursos no convencionales puede revolucionar el paradigma energético de Argentina, como ocurrió en Estados Unidos”, anticipó Moshiri.

Por Continental, el presidente del bloque de diputados del PRO, Federico Pinedo, reconoció “alguna importancia” del acuerdo energético firmado entre YPF y Chevron. Sin embargo, consideró en La Mañana que “este convenio es producto de la política energética del Gobierno, que no funcionó, y la obligación de exportar energía”.